domingo, 10 de febrero de 2013

Manifiesto de la Asociación de Mujeres de León Clara Campoamor en el Lunes sin Sol 28/01/2013



Nos concentramos una vez más porque otra mujer ha sido asesinada por violencia de género, como venimos haciendo desde hace casi siete años en este espacio en el que, justo a nuestras espaldas, una placa simboliza el reconocimiento a la labor realizada por la Plataforma contra la violencia machista,  y que recuerda permanentemente a todas las mujeres víctimas de la violencia de género a las que no queremos olvidar.

Larissa Cataraga de 25 años fue asesinada en Calpe por su pareja sentimental
Guardamos un minuto de silencio.

La violencia de género se asienta sobre la desigualdad social y parece necesario, una vez más, recordar lo obvio, que esta sociedad es desigual en perjuicio de las mujeres.
No hay ni un solo indicador que muestre algún área de la vida en la que hombres y mujeres seamos equivalentes: ni en la distribución de poder; ni en salarios; ni en puestos de responsabilidad; ni en disfrute del tiempo libre, del ocio; ni en exigencias sociales respecto a la sexualidad, al cuerpo, al aspecto; a la responsabilidad con los hijos y las hijas, con nuestras personas mayores.
Ni en la atención médica; ni en derechos laborales; ni en el importe de las pensiones; ni siquiera en lo que respecta a la fe y las prácticas religiosas, dirigidas por una jerarquía exclusivamente masculina que continúa exigiendo la sumisión femenina frente a dios y a los hombres.
La violencia de género tiene cómplices; maltratan los maltratadores, asesinan los asesinos, pero tolera y consiente una sociedad desigual que cierra los ojos ante las pequeñas y las grandes discriminaciones, tolera el abuso de poder masculino y pone trabas a las leyes y normas que pretenden, mediante reglas de acción positiva, terminar con la injusticia.
Somos cómplices todas y todos si hacemos como que no oímos  los gritos en la casa de al lado, como que no vemos a nuestras madres, abuelas, amigas, hermanas, compañeras de trabajo, con la tristeza instalada en sus ojos y los ansiolíticos en el bolso.

No nos podemos relajar frente a la violencia de género. La paz no es la ausencia de guerra. La justicia no se puede quedar a la puerta de las casas. Tiene que entrar en las cocinas y en los dormitorios.
Necesitamos seguir trabajando por mujeres libres y hombres justos. Hombres a los que se les oiga alto y claro: no en mi nombre. A los que se les oiga decir que no necesitan privilegios ni abusos para sentirse hombres. Hombres que dejen de ser ambivalentes y de repetir excusas absurdas. Hombres valientes y sobre todo, justos.

Hace ya casi siete años que la Plataforma  contra la violencia  machista se propuso gritar cada vez que una mujer fuera asesinada por violencia de género y así viene haciéndolo lunes tras lunes en homenaje a las víctimas. No solo a las asesinadas, también a las que, sin ser noticia en los periódicos, padecen día a día una violencia que no se atreven a manifestar.
Hemos querido dar la palabra a todas ellas para que a través de la Plataforma la sociedad tome conciencia de que no se puede seguir mirando a otro lado, que los maltratadores no pueden seguir escondiéndose entre las paredes de su casa, a resguardo en una sociedad que acalla su conciencia con un NO ES ASUNTO MÍO, y que es más tolerante con los maltratadores y asesinos de mujeres que con las víctimas.


Es tiempo de gritar, recordando a Nuria Varela, que “No es posible calificar un Estado como democrático si buena parte de sus ciudadanas no tiene libertad, no están protegidas eficazmente por las fuerzas de seguridad y no tienen defensa jurídica garantizada”

Y que:  es necesario romper con las mentiras y complicidades que sustentan la violencia de género. Ni reinas de la casa, ni reinas del hogar, ni reinas de corazones ajenos.

En definitiva es tiempo de gritar:

“Por el derecho a una vida digna para todas las mujeres BASTA YA!”

Manifiesto de la Asociación Simone de Beauvoir del 14/01/2013




9 de Enero de 2013. Los Mossos d’Esquadra han detenido a David B. L., de 42 años, acusado de haber matado a su pareja. La policía catalana halló el cadáver de la mujer, de 43 años, el pasado 3 de diciembre.
La mujer llevaba desaparecida desde mediados del mes de julio en extrañas circunstancias, según explicó su madre a la policía catalana, sin embargo, no denunció los hechos hasta el pasado mes de noviembre.
Guardemos un minuto de silencio

La violencia, según Galtung, es como un iceberg, de modo que la parte visible es mucho más pequeña que la que no se ve. Según este autor, existirían tres tipos de violencia:
1.La violencia directa, la cual es visible, se concreta con comportamientos y responde a actos de violencia.
2.La violencia estructural, (la peor de las tres), que se centra en el conjunto de estructuras que no permiten la satisfacción de las necesidades humanas básicas (supervivencia, bienestar, identidad o libertad) y se concreta, precisamente, en la negación de las necesidades.
3.La violencia cultural, la cual crea un marco legitimador de la violencia y se concreta en actitudes

Nos vamos a centrar hoy en la VIOLENCIA ESTRUCTURAL ya que no podemos quedarnos impasibles ante los cambios que se están produciendo en nuestro país con la disculpa de la crisis.
El término violencia estructural sirve para conocer los mecanismos que el poder utiliza y que causan procesos de deprivación de necesidades humanas básicas. La injusticia social, la pobreza o la desigualdad, no son fruto únicamente de dinámicas producidas por las relaciones de tipo económico, sino que también son a partir de la opresión política utilizando mecanismos tan dispares como la discriminación institucional, la legislación excluyente de ciertos colectivos o la política fiscal y de gasto público regresiva.
Solamente vamos a nombrar dos aspectos de esta violencia estructural y que están de plena ACTUALIDAD:

1.- Las nuevas tasas judiciales, este nuevo impuesto no afecta a los procesos penales, como los derivados de una denuncia por malos tratos. Sin embargo, sí afecta a los civiles, como los procesos de separación o divorcio con lo que una víctima de violencia de género deberá pagar por separarse de su agresor entre 300 euros —si es de mutuo acuerdo— y 800 (en apelación). Solo están exentas de esta tasa —al margen de aquellas que por renta tengan derecho a la asistencia gratuita— las mujeres maltratadas con hijos/as menores, y solo en los asuntos relacionados con la separación y las peticiones de pensión por alimentos de los menores. 

La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, Inmaculada Montalbán, afirmaba  que este nuevo impuesto —que también obligará a pagar por solicitar una indemnización, por ejemplo, o por reclamar al agresor algún bien común— supondrá una traba para la lucha contra la violencia de género. “Solo con oír hablar de tasas las mujeres se pensarán dos veces iniciar un proceso judicial y muchas se retirarán antes de acabarlo”, dijo.  “Denunciar ante la policía malos tratos no tiene coste, pero romper el último lazo con el agresor recurriendo al divorcio y repartir los bienes del matrimonio será ahora más caro, y por tanto un obstáculo para que las mujeres víctimas de la violencia sigan adelante con los procesos judiciales”.

La Ley de Tasas Judiciales disminuye la capacidad de las mujeres para resolver conflictos familiares. Es necesario tener en cuenta que el 40% de los casos de mujeres asesinadas se producen al comenzar los trámites de separación. Lo último que necesitan las mujeres víctimas son más obstáculos y trabas que no hacen más que aumentar el riesgo de que se produzcan fatales desenlaces.

2.- La educación. Parecía que estaba claro que, para acabar con la violencia machista había que trabajar la igualdad, y por ello se consideraba a la escuela como institución fundamental y básica para abordar dicho  objetivo. Pues bien, ahora con la reforma educativa en marcha, vemos como este gobierno  entiende eso de trabajar por y para la igualdad, al permitir por ley, que existan centros que segregan por sexos y que van a ser sostenidos con fondos públicos. Encuentro una razón básica para regular semejante atrocidad y es QUE una educación diferenciada solo tiene sentido si se considera que mujeres y hombres no estamos destinados para las mismas funciones en esta vida y en esta SOCIEDAD. ¿Cómo se puede llegar a tomar esta decisión? Creo que solo es posible porque no se quiere la igualdad, no se acepta la igualdad, porque existe un concepto de las mujeres marcado por la ideología sexista y patriarcal  y además se dejan asesorar o presionar  por colectivos u organizaciones que precisamente no se caracterizan por ser ejemplos de lucha por la igualdad, mas bien todo lo contrario, y con ello me estoy refiriendo a la iglesia católica en concreto, acostumbrada a ejercer, con éxito, presión sobre el Estado.   El modelo de mujer que la jerarquía de la Iglesia católica actual quiere imponer es el de un ser volcado en la maternidad por encima de todo y que sea dócil y servil al varón aún a riesgo de su propia vida.


ESTO ES VIOLENCIA ESTRUCTURAL porque  la discriminación contra las mujeres es practicada por el Estado a través del poder, de las normas y de su respectiva aplicación y constituye, por tanto violencia, estructural e institucional. 

Por esto, denunciamos que en la actual situación de crisis existe un retroceso en los derechos, sustentado no sólo por cuestiones económicas, sino ideológicas absolutamente inadmisibles que atentan contra la igualdad de las mujeres.

“El machismo mata”