viernes, 5 de abril de 2013

Manifiesto del sindicato Comisiones Obreras en el Lunes sin sol de 11 de febrero de 2013

El miércoles 6 de febrero un policía local de Ciudad Real mata a su expareja sentimental. La Mujer había presentado el 7 de Diciembre en la Comisaría de la localidad una denuncia por agresiones. En ese momento se dicta una orden de alejamiento contra el agresor. Pero el día anterior al asesinato el juzgado reconsideró la situación y levantó la orden de alejamiento. Al día siguiente Mª del Pilar fue asesinada. Nos gustaría conocer qué valoración y criterios se utilizaron para retirar una orden de alejamiento que permitió este asesinato. En memoria de esta mujer vamos a guardar un minuto de silencio.


Más de 400 mujeres asesinadas, 360 denuncias diarias por violencia y un cómputo global de 735.730 denuncias desde el 2007 y, 5 mujeres asesinadas en lo que va de año. Cifras y datos que recordamos continuamente y que evidencian la magnitud de un problema al que el Gobierno, las Administraciones y gran parte de la sociedad en general, siguen volviendo la cabeza.

En todo el mundo se reconoce que la igualdad de género es necesaria para el desarrollo sostenible y para reducir la pobreza de las personas de uno y otro sexo, lo que contribuirá a un mejor nivel de vida para todas. Sin embargo en el 2012 el índice global de desigualdad de género en España ha crecido en 0,7266 y vemos como continúa la discriminación salarial y la segregación horizontal y vertical, cómo las mujeres predominan en el empleo a tiempo parcial de modo involuntario, cómo las mujeres son más numerosas que los hombres en los puestos de trabajo mal remunerados, a pesar de los avances y logros alcanzados en formación y educación; cómo el empleo doméstico es una de las pocas alternativas para miles y miles de mujeres; cómo las mujeres son, mayoritariamente, las que se ocupan de resolver y atender las necesidades y responsabilidades familiares; cómo el acoso por razón de género, el acoso sexual y la violencia contra las mujeres sigue muy presente en el ámbito de la empresa y en el ámbito doméstico.

La arraigada división sexual del trabajo, principal obstáculo en el avance de las políticas de igualdad de género y no discriminación, continúa perpetuando el reparto, socialmente establecido, de tareas en función del sexo que ha asignado a las mujeres el cuidado de las personas de manera preferente, cuando no exclusiva, en tanto que ha especializado a los hombres para el trabajo productivo.

Mientras continúe este mandato social, no reprobado social y culturalmente, que legitima el alejamiento de los hombres de la corresponsabilidad, no lograremos derrumbar las barreras que separan tajantemente pos pasadizos diferentes a mujeres y hombres en sus oportunidades de empleo y en sus responsabilidades de cuidado y no conseguiremos mejorar sustancialmente el acceso y condiciones laborales de las mujeres, en particular, y de la clase trabajadora en su conjunto.

La crisis económica y de empleo ha agrandado las desigualdades y ha socavado los derechos y ha aumentado el empobrecimiento de las mujeres. Este incremento de las desigualdades amenaza la cohesión y la justicia social, incrementa la feminización de la pobreza y el riesgo de su autonomía que junto a los estereotipos sexistas fomenta la desigualdad y la violencia contra las mujeres.

REDUCIR para el 2013 un 24,1% la partida presupuestaria para políticas de igualdad y en un 6,8% la lucha contra la violencia de género.

REDUCIR las partidas destinadas a programas sociales, eliminando recursos y servicios que garantizaban la promoción de la igualdad de género, eliminando organismos de igualdad o limitando la participación de las organizaciones de mujeres en ellos.
ATACAR la educación pública y eliminar de los contenidos curriculares la igualdad de género, la sensibilización y formación de la infancia y la adolescencia en valores de igualdad y no violencia como elementos fundamental para los necesarios cambios en valores y actitudes sociales, y para la prevención y erradicación de la violencia de género.

AUMENTAR las desigualdades sociales y quebrar el principio de igualdad de oportunidades, y vulnerar el derecho a la educación de todas las personas, independientemente de su situación económica.
ATACAR la sanidad con recortes, copagos, privatizaciones, cierre de servicios de asistencia y orientación a la reproducción y sexualidad.
REFORMAR la ley de interrupción voluntaria del embarazo.
RECORTAR en recursos económicos y sociales de asistencia a mujeres víctimas de violencia.
RECORTAR en la asistencia jurídica y el acompañamiento durante los procesos judiciales por violencia.
RECORTAR en la atención a personas dependientes y en los servicios sociales aumentando la carga de las mujeres y sacándolas del mercado laboral.
IMPONER tasas judiciales, y una brutal reforma laboral cuyo principal objetivo es precarizar las relaciones laborales, reducir los salarios, favorecer los despidos y alejar a las mujeres del mundo laboral es titubear en la lucha contra la violencia de género y la igualdad, es ser cómplice consciente de la violencia contra las mujeres. Porque todo esto es violencia económica y esta supone, en el caso de las mujeres víctimas de violencia de género, un grave retroceso en su autonomía e independencia económica que es la principal estrategia para salir de las situación de violencia.

Recortes y reformas que responden a una clara e intencionada estrategia ideológica que profundiza y hace mayores las diferencias sociales y económicas y que quieren hacernos retroceder en los derechos conquistados en las últimas décadas y que tanto sudor y lágrimas nos había costado conseguir.
Porque la crisis económica no es y no puede ser una excusa para justificar los retrocesos en materia de violencia de género y políticas de igualdad. Porque mientras las mujeres sigan siendo víctimas de esta violencia y discriminadas por una cultura patriarcal deben continuar siendo imprescindibles las políticas de concienciación y sensibilización y más y mejores recursos económicos y sociales para las víctimas.

En sólo un año, el Índice Global de Desigualdad de Género en España ha crecido en 0,7266 puntos, encontrándonos entre los países donde más aumenta la desigualdad.

No queremos que continúen relegándonos al espacio de lo privado, lo familiar, lo doméstico, al cuidado de nuestros mayores y dependientes no queremos para las futuras generaciones que se sigan idealizando funciones y roles para seguir manteniendo las relaciones de poder entre mujeres y hombres. No les podemos pasar este testigo porque de hacerlo estaremos contribuyendo al mantenimiento de la violencia de género.

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